Xochiquetzal es una diosa azteca que representa el impulso sexual de las
mujeres. Es, también, el nombre elegido para un refugio para
prostitutas de la tercera edad en México D.F. Allí viven una decena
de mujeres que hasta hace muy poco –la casa abrió sus puertas a comienzos de 2006 - vivían y trabajaban en la calle. Algunas siguen
ejerciendo la prostitución, otras no: ya no necesitan tanto dinero. En
la Casa Xochiquetzal tienen dos grandes privilegios: una cama y comida
diaria. El resto de los gastos corren por su cuenta.
La idea surgió de Carmen Muñoz, prostituta de unos 50 años, al ver a sus
compañeras viviendo en la calle. Muchas eran mayores de edad. Al verlo,
les dio dinero para pagar una habitación donde pasar la noche y algo de
comida. Pero quiso hacer más. Reunió a las ‘sexoservidoras’ y se
pusieron manos a la obra. Buscaron apoyos hasta convencer a la escritora
Elena Poniatowska, la artista Jesusa Rodríguez y a Marta Lamas,
directora de la Asociación Mexicana Pro Derechos de la Mujer (Semillas).
Batallando lograron que el gobierno federal les cediese una casa
abandonada. Ahora viven en ella más de una decena de prostitutas, y se
espera que se incremente el número.
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