3 de marzo de 2009

Erotismo, amor e intimidad!


Sexualizar, erotizar, amar y ternurizar son parte del arte de construir intimidad, arte que requiere de la habilidad para erotizar la ternura, ternurizar la sexualidad y amorizar el sexo.
La sexualidad es vida, sexualidad y vida van de la mano. La vida sabiamente ha sabido crear la sexualidad, el erotismo, el amor y la ternura, lo ha hecho para sí misma, para darle vida a la vida, para vitalizar la existencia humana. Como seres humanos tal vez podamos sobrevivir sin amor, ternura, erotismo, pero vivir a plenitud sin estas dimensiones muy difícilmente será posible.
El enamoramiento, la formación de relaciones amorosas y eróticas juegan un papel importante en la vida de las personas, para bien o para mal. Desafortunadamente para una buena proporción de las personas no lo es para bien.
El erotismo, el amor y la ternura son dimensiones para la vivencia plena de la sexualidad humana. Si bien es cierto vivimos momentos cruciales y de cambio relacionados con la sexualidad, el amor, el emparejamiento y la vida erótica, aun es mucho lo que hay que hacer para lograr que la sexualidad deje se ser fuente de malestar, sufrimiento y frustración y se convierta en lo que merece ser para la gran mayoría de los seres humanos; fuente de crecimiento y de realización personal. Entendemos el erotismo como la capacidad que tenemos los seres humanos de vivir, experimentar, compartir y expresar placer sexual, es esa capacidad de movilizar y activar en nuestro SER la excitación sexual y las emociones que le acompañan en el contexto de un "encuentro" que tiene como fin la posibilidad de intimar con otro(a). Somos un cuerpo hecho para sentir, rico en órganos sensoriales. tenemos una gran capacidad sensorial y sensual. Aprendemos a sentir, aprendemos practicando, experimentando, activando nuestros sentidos y órganos sensoriales. Tenemos capacidad para sentir, experimentar sensaciones, gozar el placer que produce la estimulación sensorial. Captamos estímulos táctiles, olfativos, propioceptivos, visuales, auditivos, etc. Y los transformamos en experiencias sensoriales. Las sensaciones y experiencias sensoriales son construcciones mentales, existen y se hacen realidad en nuestra mente.
Son variados los sentidos y órganos sensoriales que tenemos, sin embargo usamos unos pocos en el ejercicio del erotismo. Tenemos un inmenso potencial sensorial y sensual por desarrollar, experimentar y vivenciar. Hemos aprendido ha vivir la sexualidad de una forma prácticamente genitilizada si no del todo genitalizada y exclusivamente centrada en el orgasmo inmediato y fugaz. Pareciera ser que los genitales fuesen la única parte de nuestro cuerpo y los únicos órganos sensitivos que tuviésemos para vivir la sensualidad y el erotismo. Hemos aprendido a vivir la sexualidad en medio de un culto sobre valorado al ejercicio de una genitalidad inmediatistamente orgásmica.
El orgasmo es importante en el ejercicio sexual, el ejercicio genital también lo es, pero estamos perdiendo la oportunidad de conocer las inmensas posibilidades sensuales que tenemos para vivir y disfrutar de nuestra sexualidad. Sin temor a errar podríamos afirmar que somos "analfabetas en el arte de amar, sentir y gozar". Desconocemos lo que somos como cuerpo, tenemos poca comprensión de lo que somos cómo órgano sensorial, todo el cuerpo que somos es un gran órgano sensorial. Nuestro cuerpo lo recubre la piel, esta es de aproximadamente dos metros cuadrados construida por millones de células sensoriales y terminaciones nerviosas que nos permiten percibir y sentir, ternurizar, amor y erotizar. Excitarse y tener orgamos es importante, así como también lo es saber encontrarse e intimar con el otro, haciendo contacto con su ser y con mucho tacto tocarse, en todo el sentido de la palabra, tocarse con la piel, con el tacto, con el alma, con la mirada. Con la voz, con todo su cuerpo, tocarse con la esencia de su ser y dejarse tocar del otro para experimentar la magia del encuentro, con capacidad de asombro. Intimar implica erotizar el encuentro, teniendo sexo con sentido, viviendo el amor con sentido sexual. Tener sexo no garantiza intimidad, intimar es una necesidad humana. Una genuina intimidad implica vinculación afectiva profunda, una cercanía existencial y un mutuo conocimiento. Una buena parte de las parejas a pesar de llevar muchos años teniendo sexo y conviviendo juntos no logran construir intimidad, dimensión importante para construir amor. La intimidad va más allá de la compenetración física de dos cuerpos con sus genitales. Algunas parejas no logran siquiera compenetrarse en lo físico, mucho menos logran hacer del encuentro físico una magia, lo cual, les impide construir una genuina intimidad amorosa y erótica.

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