El acoso
sexual es una de las modalidades de violencia más recurrentes que afectan los
derechos humanos de las personas, principalmente de las mujeres, a pesar de
ello, esta conducta no está tipificada como delito en nuestro país.
En
la Cd. de México, la Ley de Acceso a las Mujeres a una Vida libre de Violencia,
tipifica las miradas y palabras lascivas como parte de la violencia sexual; sin
embargo esta no contempla castigos a las personas que incurran en dicha falta,
por lo cual pasa a ser una ley casi inservible.
De
acuerdo con el INEGI la Ciudad de México supera en este fenómeno a los estados
más violentos del País, como Guerrero o Chihuahua.
Como
solución a dicho problema y en respuesta a la Movilización Nacional contra las
Violencias Machistas del pasado 24 de abril, el jefe de Gobierno de la Ciudad
de México, Miguel Ángel Mancera ha propuesto una serie de estrategias para
contar con una “ciudad más segura para las mujeres”, de entre las cuales, se
encuentra el uso de "silbatos rosas" cuyo objetivo principal será
erradicar el acoso sexual en el trasporte público. ¿Qué pedo mancera?
Queremos soluciones de verdad
La Petición
Sr. Miguel A.
Mancera:
Con gran
indignación, me he enterado que, durante la presentación de su Informe sobre
Acciones a 30 Días de la “Estrategia 30-100” contra la violencia hacia las
Mujeres en el Transporte y Espacios Públicos, anunció la entrega de silbatos
rosas como parte de la estrategia que su Gobierno ha implementado para prevenir
y erradicar el acoso sexual en el transporte público.
En
razón de lo anterior, le exijo tomar con seriedad un tema tan delicado que
transgrede la vida y dignidad de miles de mujeres, niñas y adolescentes en la
Ciudad de México, así como también, recordarle que, es su deber tomar medidas
necesarias para combatir el acoso sexual callejero y educar a la población para
que la sociedad rechace este tipo de conductas.
En
México no existe un marco legislativo que proteja a las mujeres del acoso
sexual en la vía pública, más allá de regalar silbatos rosas, existe la
inminente necesidad de legislar al respecto, así como establecer procedimientos
para denunciar y sancionar el acoso sexual en espacios públicos, porque no es
normal, natural, ni permisible que las mujeres se sientan violentada en las
calles.
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